M´entero que una vez más los gallegos tratan de interferir en los modos y costumbres lingüísticos del triángulo Mañego - Lagartero - Valverdero (al NO de la provincia cacereña) que tienen una lengua ancestral con ciertos parecidos galaico-portugueses y cuyo fenómeno los estudiosos lo resuelven como influencia rayana portuguesa o como resto de una colonia gallega medieval… otros pensamos que es un lusitano original, remanente por su geografía y de cuyo aislamiento social han salido hace cuatro días, seguramente en el siglo XIX no habría muchos lugareños que supieran hablar castellano.
La Academia de la Lengua Gallega trata de estabular a nuestros vecinos del Noroeste con su gallego estándar y como los catalanes en Ibiza matando el ibicenco, aquí cargándose al lagartero – mañego - valverdero, estableciendo su gramática y vocabulario gallego en las escuelas ‘dus tres lugaris’ et todo para mayor gloria del arzobispo Gelmírez y del neofascismo de los muyaidines periféricos.
¡Qué soberbia! Resulta que estos municipios: Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo que no tienen una ‘fala’ Son tres, aunque se entienden entre ellos igual de bien que un mallorquín y otro de Formentera, que nunca se les ha pasado por el cerebro la idea de unificar sus pequeñas diferencias vecinales… ahora por decreto de una autonomía, nación o como quiera les de la gana llamarse, vienen a imponer a estos tranquilos y humildes ‘lugaris’ su normativa extranjera y medio vikinga. ¡Cojonudo!
Hace mucho que no hablo con mis amigos rayanos del Norte pero recuerdo una reunión en Eljas con profesores linguo-galaicos que iniciaban su invasión desde la Universidad de Vigo y de cómo se nos pusieron de tiesos los pelos al amigo Severino y a mi mesmo, al entender el peligro de las propuestas filológicas de aquellos señores. El pueblo no les hizo ni caso y en las tabernas fueron criticados duramente… pero parece ser que vuelven a la carga.
Espero que la Junta de Extremadura no se pringue en estas pretensiones foráneas y deje tranquilas las cosas como están para que la evolución natural siga su camino, eso es ecología lo otro es mala política al alentar, crear un problema que nunca existió, de esas armas se valen las milicias del nacionalismo preparando su imperio y ya solamente nos faltaba eso, una nueva guerrilla mental que no otra cosa y al NO del imperio extremeño con salida al mar por Portugal.
La Academia de la Lengua Gallega trata de estabular a nuestros vecinos del Noroeste con su gallego estándar y como los catalanes en Ibiza matando el ibicenco, aquí cargándose al lagartero – mañego - valverdero, estableciendo su gramática y vocabulario gallego en las escuelas ‘dus tres lugaris’ et todo para mayor gloria del arzobispo Gelmírez y del neofascismo de los muyaidines periféricos.
¡Qué soberbia! Resulta que estos municipios: Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo que no tienen una ‘fala’ Son tres, aunque se entienden entre ellos igual de bien que un mallorquín y otro de Formentera, que nunca se les ha pasado por el cerebro la idea de unificar sus pequeñas diferencias vecinales… ahora por decreto de una autonomía, nación o como quiera les de la gana llamarse, vienen a imponer a estos tranquilos y humildes ‘lugaris’ su normativa extranjera y medio vikinga. ¡Cojonudo!
Hace mucho que no hablo con mis amigos rayanos del Norte pero recuerdo una reunión en Eljas con profesores linguo-galaicos que iniciaban su invasión desde la Universidad de Vigo y de cómo se nos pusieron de tiesos los pelos al amigo Severino y a mi mesmo, al entender el peligro de las propuestas filológicas de aquellos señores. El pueblo no les hizo ni caso y en las tabernas fueron criticados duramente… pero parece ser que vuelven a la carga.
Espero que la Junta de Extremadura no se pringue en estas pretensiones foráneas y deje tranquilas las cosas como están para que la evolución natural siga su camino, eso es ecología lo otro es mala política al alentar, crear un problema que nunca existió, de esas armas se valen las milicias del nacionalismo preparando su imperio y ya solamente nos faltaba eso, una nueva guerrilla mental que no otra cosa y al NO del imperio extremeño con salida al mar por Portugal.


La noche acabó envuelta en la bruma, me quedé el tabaco con unos cogollitos muy decentes en el último garito cervecero de la ronda ¡idó, qué farem! no farem res porque la vida cobra para dártelo por añadidura… ya en casa, tranquilamente y con un buen Cola Cao con galletas el humo cantarino iba cantando los colores escondidos entre grises y el placer de la amistad se regodeaba de bien estar.
Me quedé dormido al son del hipnótico programa radiofónico que bien acurrucado en mi catre había sintonizado… enseguida amaneció y unas horas después amanecí al olor de los churros que Paco había ido a comprar para el desayuno. Un placer, café con leche al obispo y jeringas cacereñas para arrancar la mañana, además la prensa regional y nacional recordándote el sonsonete que te tienes que tragar y a cumplir como un buen ciudadano sabático.
Bajamos hasta el puente romano sobre el río Seber que pasa bajo los farallones del castillo de Marväo allá arriba en la pingorota. Un chiringuito de madera muy portugués y familiar tenía abierto casualmente y como el Sol lucía espléndido, sus patrones se habían montado un guiso de venado riquísimo, me invitaron a una presa con un buen tanque de vino tinto, ya del año y fresquito… que pracer, muto obrigado.
Después del buen vino en el chiringuito con el venado y unas tapas de un queso fresco inigualable nos metimos por la senda verde siguiendo el río abajo hasta un puente de madera que atravesamos para entrar en una casona fantástica, junto al viejo molino con su cauce lleno de agua… María conocía a la señora portuguesa y como es letrada le estaba aconsejando en unas cuestiones de su oficio.
Precioso molino entre nogales y huertas de otros tiempos, allí estaba también el pagés portugués con sus hombros caídos y sin encontrar la razón de que su molino estuviera parado, cuasi destartalado. La señora nos regaló una bolsa llena de nueces y seguimos camino hacia el restaurante Mil Homes, a la derecha subiendo la carretera.
