viernes, 17 de octubre de 2008

UN CANDIL EN IBIZA

Paco es un lobo que me iluminó con nueve candiles iguales pero diferentes, como Lusitania con Extremadura y Portugal. No cabe duda que La Jota del Candil es un arcano.

El año pasado, zascandileando por la costa de Poniente en Ibiza, caí en San Agustín y también cayeron unas cuantas cañas pues el camarero patrón del bar estaba en la comisión de fiestas y le solucioné una gran preocupación que tenía. Resulta que habían contratado a un grupo y estaban como arrepentidos, se habían fiado de Radio 3… fue cuando me dijeron que ese grupo sospechoso de no dar la talla en tan prestigiadas fiestas se llamaban Los Niños de los Ojos Rojos. Salté a informarles a mi manera y duramente poniendo las cosas en su sitio y las dudas a la gehemna.

El tío quedo no solamente convencido que ansioso de poder ver al ya a tan afanado y afamado grupo de Extremadura, los chicos venían de Bosnia con escala en Ibiza, y ya les dije a los pageses de San Agustín que Los Niños son como el jamón de verdad, no hay que mascarlos, se disuelven en la lengua como un caramelo. Volvimos bien de noche al Levante Norte de la Isla, a la nave nodriza do vivimos, des-rodando con nuestra vespino F-18 los casi 40 kilómetros que hay hasta la otra nuestra punta que mira a Estambul.

Cuando llegó el día del concierto allí nos plantamos de nuevo, los organizadores estaban expectantes, pasamos de ellos y enseguida contactamos con Los Niños de los Ojos Rojos… besos y abrazos, presento a mi colega, unos canutos… al Héctor con su violín casi le he criado de jovencito en Acebo con toda la generación aquella, tan variopinta, que reinaba en la Sierra de Gata; codo con codo a los Tope Ganso de Perales y que por cierto hoy están ‘mu desperdigaos’…

El primer grupo que actuó era francés y no me acuerdo del nombre, fue estupendo, la gente se lo pasó bien pero cuando aparecen en el tablado con sus faldas y fanfarrias coloridas nuestros Niños, el personal, estupefacto primero, que después les aplaudió a rabiar: Los Niños de los Ojos Rojos se supieron presentar, el público sintió que aquel grupo no era una broma. Y no lo era, jamás hubiera podido llegar pensar que los mismos danzarines pageses ibicencos y todo el mundo visitante que eran un mogollón se pusieran a bailar la jota de Candil en plena verbena pitiusa, con más arrebato y sentimiento que en una sesión Trance. La Jota del Candil había triunfado en Ibiza porque tenía la garra arquetípica de los pueblos estremnidos, una simbiosis conventual lusitana. Bien supieron hacer los Niños de los Ojos Rojos y merecidamente su éxito por todo un repertorio que nos hizo disfrutar enrojecidos de placer, todo el auditorio fue feliz.

La Jota del Candil por una noche fue faro en el Mar de Tetis con Luz de Extremadura.

2 comentarios:

etrujillo dijo...

Esta noche los vamos a ver en la plaza de Cacere.

Luis A. Iglesias dijo...

Hola Alfonso. Soy Alberto de los Nor y amigo de Chuty. Bueno ya no toco en el grupo. Ya te contaré aunque sigo de manager. Vamos a hacer un periódico combativo y me gustaría que participaras. No hace falta que publiques este mensaje. Ponte en contacto conmigo en losnor2006@yahoo.es Un abrazo y suerte compi.