miércoles, 25 de febrero de 2009

HABLAR HASTA POR LOS CODOS

Cierto es que en todas partes se cuecen habas aunque en algunas más que en otras et parecidos hay tantos como desaparecidos en combate y es que como susurraba aquella santa monjita “la guerra es la guerra”.

Hablando de Galicia decía un gallego amigo mío que hay dos tipos de gallegos: galaicos y ártabros, eso de que son celtas es un topicazo de mucho cuidado aunque toda la España Norte (península) canteada al Atlántico hasta el límite con Sierra Morena fue muy celta sin dejar de ser ibérica o ártabra (eran primos) tortilla étnica que llamaron celtiberia y cuyos lindes estaban a lo ancho entre el Océano y los montes Oretanos.

Antes de que llegaran los celtas a Iberia las gentes del Noroeste ya habían colonizado Irlanda, eso según la tradición irlandesa y habían llevado la cultura de los megalitos. De Galicia y Asturias recibieron la gaita con diverso fuelle, fue un buen invento pues así no tenían que esforzarse en soplar continuamente sus pitos de caña o madera que en todo el oeste español llaman gaitas (la gaita rociera o la extremeña, que es como se dice a la flauta que acompaña al tamboril, como la payesa ibicenca, aunque aquí las gaitas son los cantos, ojo al dato).

Pero este lío de lenguas romances comienza a crecer en la misma medida que decrece el latín, lengua impuesta por el Imperio Romano que jamás pudo acabar del todo con las lenguas de sus tribus sometidas y es que cada vez que se trata de normalizar una lengua esta empieza a morir. El latín únicamente sobrevivió al Imperio en los corrales del Vaticano con su emperador perpetuo, hoy solamente lo practican o practicaban los fundamentalistas y sus principales… en ciertas ceremonias (introito ad altare Dei).

La llegada de los Bárbaros del Norte a la Península facilitó a las tribus ibéricas la vuelta a sus orígenes lingüísticos, naciendo unos ‘xapurraus’ muy curiosos del latín y de los pre-latines: en el Oeste y Noroeste aparecen el lusitano, el gallego y el bable, son muy parecidas y se entienden entre si perfectamente. El castellano apareció entre bables parlantes y vascos, y en la tarraconense aparecen los romances mediterráneos.

Todos muy diversificados pero perfectamente entendibles en sus vecindades, esta variante mediterránea norte se batirá en ambos sentidos con las lenguas gasconas u occitanas en el exilio catalán cuando llegan los moros, un fenómeno será el ‘patuá’ y es por ello de la existencia del idioma aranés donde nace el río Garona, las tierras de los godos catalanes tenían la variante mediterránea que mantendrán perfectamente. En el Roselló y la Cerdaña como en Gerona (salvo el Ampurdanés de Ampurias, fenómeno parecido al balear) y Barcelona su romance siempre fue un catalán con influencia ‘limusí’ a diferencia del catalán del interior no batido y mucho más cerca del Valenciano (Lérida, Tortosa Tarragona…).

Antes de la llegada de los catalanes a Valencia, Baleares y Pitiusas las gentes mozárabes de estos territorios tenían sus romances hablados tan cerca entre si o de los catalanes del norte para su entendimiento como la de los asturianos y gallegos, o gallegos y lusitanos. Los árabes permitían a los no conversos (mozárabes) mantener sus rituales y lengua a cambio de pagar impuestos, los creyentes islámicos estaban exentos.

De la misma manera que en Vascongadas quedó un resto lingüístico de las lenguas ibéricas prerromanas que es la lengua Basca, en Lusitania quedaron tres pequeñas villas en un valle perdido manteniendo el romance original lusitano, me refiero ‘U val du ríu d´as Eljas’ en la Sierra de Gata (Extremadura) con sus ‘tres lugaris: As Eljas, Valverdi du Fresnu y San Martín du Trevellu’. No es Portugués, ni Gallego, es un romance arcaico que se entiende perfectamente con portugueses y gallegos, superviviente por aislamiento geográfico, como en Euskadi su lengua ibérica y en las Baleares y Pitiusas un romance que decimos salado por sus artículos, en la región ampurdanesa también salan y yo creo que es por influencia griega, como en nuestras islas por influencia bizantina.

Estas minorías lingüísticas cuando están vivas como el ibicenco o el balear en general debieran respetarse y no invadirlas de la versión romance limusí, al igual que en Cataluña se considera lengua oficial del País el aranés, en nuestras islas debiéramos mantener nuestras formas peculiares en la Universidad y en las escuelas e institutos.

Difícil veo que en Zamora acaben hablando gallego porque se ha perdido su uso, sin embargo en ‘Us tres lugaris du val du ríu d´as Eljas’ no creo que se pierda su ‘fala’ porque sigue viva y normalizarla con el gallego como pretendían los de la universidad de Vigo sería una canallada igual que el invento del ‘Batua’ pero no hay problema, los lagarteiros y todo el valle no están por la labor, aman lo suyo y además con tres gentilicios: Valverceiru, lagarteiro y mañego.

Insisto, no creo que existan asociaciones españolistas, existe el sentimiento español que se comparte con gentes de todo el territorio ibérico y ello no resta un ápice a su sentimiento cultural. Otra cosa es el fundamentalismo y el odio a lo español, a las lenguas hay que amarlas a todas.

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