
Balafi está sobre un camorro en declive y falda de los oteros traseros, sus alforjas cabalgan entre San Lorenzo y Na Pepeta, dos flancos extramuros de una muralla inexistente y puntos de convergencia humana con yantares y tertulias. Ca na Pepeta es cruce con la carretera de Morna y la de San Juan-Ibiza.
El topónimo Balafi lo identifico como fuego del dios, Señor del Fuego y es que sus torres encendían las hogueras para comunicarse con otras y otras, generando una red ‘inalámbrica’ de defensa por toda la Isla y cuyo centro neurálgico era ¿un zigurat? el gran templo de Baal que había en San Miguel arcángel vencedor de Baal-Cebú o señor de las moscas (en visión cristiana) de la muerte luciferina. La iglesia de San Miguel tiene casi intactas las cuatro paredes originales, torres posteriores aparte; este viejo edificio está en acusado talud exterior por los cuatro costados, perfectamente estribado; la única cara a piedra vista es la de atrás junto al cementerio y frente al Puerto, todo el lienzo fue construido en “opus spicatum” salvo huecos de viejas ventanas, muy curiosas, tapiadas en mampostería.

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