lunes, 17 de noviembre de 2008

De Gertrudis a la paella de Gabriel

La espadaña de Santa Gertrudis volteaba festiva, el obispo de Ibiza hacía su entrada en la iglesia parroquial para oficiar la misa mayor y detrás de su ilustrísima hacían lo propio las autoridades civiles y militares, Miguel con su objetivo en ristre plasmaba los momentos secuenciados y todo el pueblo volcado en el peatonal espacio recién estrenado, unos siguiendo la misas desde fuera y otros en las terrazas animadas de sus bares. Santa Gertrudis es una de las parroquias más populosas de Santa Eulalia, centro colorido de surrealismo rústico y mucha tertulia dominguil pues los pageses y hippies han bajado de sus paisas al foro urbano para juntarse con visitantes y turistas perdidos entre los tipismos de la Isla mágica...

Después de la misa mayor salió la procesión socialmente estamentada, había imágenes de todos los gustos y tamaños como sus gentes, piadosas en sus tradiciones et firmes en sus usos y costumbres. La procesión giró trescientos sesenta grados tras el templo recogiéndose los exponentes ancestrales hasta el año siguiente que cierra el ciclo temporal. Entretanto colocan los santos en la iglesia se reparten urelletas y bunyols a fieles e infieles comenzando finalmente la danza en el centro de la Plaza.

‘Sa curta’ y ‘sa llarga’ encandilando a la moza en la manera fenicia… por lo menos, pues las danzas ibicencas son anteriores a moros y catalanes. Es el cortejo eterno con la sabiduría de muchas culturas sumando resultados salvados de mil quemas, de piratas y comerciantes, de moros y cristianos y tal vez hasta de Roma y Cartago. Nosotros estamos inmersos en su espiral.

Cerramos el mediodía en los Angels Ibiza de Santa Gertrudis para salir zumbando a San Juan de Labritja donde nos esperaba la paella del cumpleaños de Gabriel. En la Ibiza rural los cumpleaños son fundamentales principalmente en invierno y otoño que la gente está más recogida en sus paisas y se ven menos, un cumpleaños de entre tiempo es un motivo perfecto de reunión.

Estos días Naturaleza nos regala sin cesar con su variado programa de lluvias, Sol, sombras coloridas, pequeños temporales que valoran el refugio otoñal, disfrutado al amor de la estufa, del pequeño infiernillo que caldea nuestra base en un ave maría, permitiendo la vigilia infográfica y cíclica al menos para Miguel que no tiene madrugada desconocida, hoy parece que me rinde mi natural mucho menos trasnochador y me entrego al amor de Morfeo con el sonsonete de La Rosa de los Vientos.

No hay comentarios: