miércoles, 28 de enero de 2009

ANDARSE POR LAS RAMAS


La Palabra tiene mucha fuerza, se hizo Hombre y mantenerla no es precisamente cuestión de palabras, pero siempre la Palabra está sujeta al juego de la interpretación que es cuestión muy discutible y de esa discusión nacen las ramas del árbol de los hechos.

Las palabras emitidas por los hombres importantes, aquellos que tienen la representación de grandes colectivos humanos tienen la fuerza de su persistencia en el tiempo, su palabra ha convencido engordando la rama que siempre será atacada por otras ramas aspirantes…

Zapatero dijo “en tal fecha recuperaremos el todo empleo” et obviamente la frase se le volvió en contra -aunque su reutilización estuviera fuera de contexto- y todo por aquello que decía Ortega de las circunstancias.

El Arcipreste de Hita ya dijo “entiende lo que digo y no lo que tu quieres que diga”… uno piensa que también el Arcipreste debería haber cuidado más sus decires para evitar el desconcierto.

Futurizar la vida es prácticamente imposible y cuando la palabra entra en esos territorios sus efectos contrarios actúan automáticamente pudiendo hacer estragos que más tarde o más temprano la Gran Audiencia tendrá que recolocar con el correspondiente desgaste. Es por ello la finitud de las cosas, por la erosión que genera andarse por las ramas.

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