domingo, 29 de marzo de 2009

LA IGLESIA DE SAN VICENTE (Ibiza)

Cuenta la tradición de Sa Cala que una gran tempestad hizo embarrancar a un barco pirata inglés en Ses Formigues, parece ser que hubo un superviviente y un vecino que fue a socorrerle le envió a buscar comida a Es Caná o vaya usted a saber si no acabó el inglés en algún horno de cal que sería lo más probable, el caso es que el vecino se hizo rico llevándose a casa el tesoro del barco y la campana de popa, en agradecimiento a su suerte pagó el solar donde se construiría la nueva iglesia del barrio encargando a una fundición la campana que hoy vemos en la espadaña de San Vicente. Esto debió ocurrir al principio del siglo XIX.

Por aquellos tiempos las gentes de Sa Cala se tenían que desplazar a pie o en bestias hasta la iglesia de San Juan para asistir a misa. La nueva iglesia de San Vicente se empezó a levantar en 1827 y los más ancianos recuerdan por sus abuelos que entretanto se construía el templo venía todos los domingos y festivos el párroco de San Juan a decirles misa, de campaña pues la oficiaba debajo de un algarrobo. Para avisar a los fieles colgaron en lo alto del algarrobo la campana del barco pirata y los vecinos acudían al sacrificio de la misa trayendo, de paso, las piedras que se irían colocando en los muros del nuevo recinto sagrado.

La iglesia de San Vicente se terminó de construir en 1838 pero la campana que encargaron hacer está fechada en 1835 e impreso en el bronce leemos en la parte superior: SNTA MARÍA ORA PRO NOBIS y confirmaba que IBANAU PALLES ME FECIT, acabada en 1835. También se pueden ver en la campana una imagen de la Virgen con un niño colgado a su izquierda y en la parte contraria una imagen masculina con un libro en la mano izquierda que debe representar a San Vicente Ferrer, valenciano como lo sería seguramente el fundidor campanero.

La iglesia de San Vicente funcionó como una vicaría de la parroquia de San Juan hasta que en 1933 se convierte en parroquia.

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