domingo, 21 de marzo de 2010

De Portinatx a Ibiza

La Primavera me ha despertado del letargo invernal, la he recibido en la Plaza del Parque después de pasar mis últimas horas invernales en Dalt Vila dándole a las cuerdas vocales en Es Cafetí, oasis parlamentario libre de impuestos donde convergen albañiles, ediles, poetas y el tabernero con la tabernera, mis amigos.

Me bajé a la Plaza del Parque por la vía directa saliendo a Sa Carroça por unas estrechas y empinadas escaleras, salí de la Villa por el Rastrillo al ritmo de unos músicos que improvisaban en la Plaza de la Constitución, había un buen ambiente en Es Mercat Vell que es como el foro de la Marina. En La Marina disfruté mis veranos azules, muchos agostos de mi vida.

Vivíamos en la calle Antoni Palau, encima del bar Español.

A la Plaza del Parque yo a veces la veo con sus viejos pinos, el Hotel y la Bodega que era otra historia pero enseguida aparece la realidad que también tiene su gracia, a mi me sigue gustando y sigo sintiéndola tan mía como antaño y no es para menos pues cada vez que bajo a Ibiza me regalo un relax con fresca cerveza en cualquiera de sus terrazas, es muy gratificante, me gusta cambiar de garito pues cada terraza tiene su propia perspectiva.

Después de recibir a Primavera me fui a comer en la vieja Fonda San Juan que ya no es fonda pero mantiene fielmente una cocina ibicenca exquisita. Café en el Puerto, en la terraza del Estrella, unas fotos y un cigarrillo de pota que me faltó para cerrar mi periplo matutino por la ciudad que me parió.

La vuelta de Ibiza al Norte fue como todo en esta isla, como era sábado solamente tenía autobuses a Santa Eulalia así que me embarqué en el de l6:30, al menos en la Villa del Río ya conectaba con mi mundo pues entre San Juan, San Carlos y Santa Eulalia tenemos un triángulo filosófico donde todos los caminos conducen a donde quieras y me puse ha hacer autostop en la rotonda hacia San Carlos con la idea de llegar a Las Dalias con su mercadillo del Sábado pero no, enseguida me montó un payés de San Miguel que iba a un kilómetro antes de Ca na Pepeta, hablamos de nuestro estupendo alcalde Carraca y me acercó al cruce donde ya se podía decir que estaba en casa.

Eran las seis menos cuarto de la tarde y el momento oportuno de tomarse una cerveza en Can Juanito, parada y fonda que decíamos antes aunque la fonda la tenga en Portinatx capital. En la terraza estába la familia como si dijéramos, los amigos de la Peña Toni Mariano del Figueral, Fernán y Sara et dos amigas del barrio, Inga de Balafi y Nana de Xarracó...

Inga acababa de llegar de Babaria a su casa torre de Balafi donde lleva viviendo desde hace muchos años, Nana que es la compañera del escritor Moncho me llevó hasta San Juan donde se puede decir que terminaba mi periplo sabatino, hice algunas compras en Tirurí y Gabriel me acompañó en su coche hasta mi casa de Portinatx. Final de la etapa.

Una jornada más y espero que mis dedos vuelvan a teclear con ligereza y se desentumezca mi cerebro.

Salud y libertad

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