lunes, 21 de septiembre de 2009

LA CASA DE FRANCISCO DE ORELLANA



CASA FUERTE DE LOS MONROY EN TRUJILLO

Hace muchos años que descubrí la portada de las traseras del jardín de la casa de Francisco de Orellana que da a la calleja Gargüera, en ella veo tres hermosos escudos con un cordón franciscano contorneando la portada. Hay un escudo principal sobre la clave del arco con los blasones de Campos y Zúñiga, hay otros dos escudos, uno a cada lado, el primero es Monroy en el primer y tercer cuartel con Barillas en el segundo y cuarto; el escudo de la derecha está muy borroso pero notamos en el primer cuartel Orellana, el segundo Carvajal, el tercero dudosamente podría ser Pizarro y el cuarto imposible.

La portada de la calleja Gargüera nos dice claramente que es la entrada del palacio fortaleza de la importante familia Monroy, son los blasones del Abad de Santander fray Nuño Pérez de Monroy, que fue arcediano de Trujillo, de Campos, abad de Santander y canciller de la reina Doña María de Molina. Al que el Rey le concede el señorío de Valverde en la sexmería de la Vera en 1326.

Esta casa debió tener otra entrada por la plaza de Santa María destacando como de las más principales, la hereda el hermano del Abad de Santander Hernán Pérez de Monroy, que al parecer se casó con un viuda trujillana y principal, doña María Gil, que había sido esposa de Juan Alfonso de la Cámara y tuvieron a Hernán Pérez de Monroy al que en 1348 le confirma Alfonso XI el mayorazgo con el señorío de Valverde y la sexmería de la Vera heredadas de su tío el Abad.

Hernán Pérez tuvo un hijo clérigo, Nuño, y dos hijas: Catalina Alonso de Monroy y Estefanía que se casó con García Álvarez de Toledo. En 1359 su padre nombra heredera universal a Estefanía pero quien herede el mayorazgo será Catalina que se casó el caballero francés, Mosén Guirao de Bayardo, camarero mayor del rey de Francia al cual el rey Enrique III le dio Robledillo de Gata; Descargamaría y Puñoenrrostro en 1397. Del francés y Catalina nació Hernán Pérez de Monroy con todo el mayorazgo de Monroy, Talaván, Valverde y las Quebradas; Se casó con Inés Rodríguez y fue padre de Estefanía y María, Estefanía se casó con el mariscal Garci González de Herrera, V señor de Monroy (consorte a la muerte de su mujer en 1370) que al no tener descendencia en 1404 cede al Infante Don Fernando Valverde y Talaván.

María de Monroy…. se casó con Juan Rodríguez de Barillas, un salmantino descendiente del conde Remón, y del matrimonio nace Fernán Rodríguez de Monroy que hereda el señorío de Monroy a su tío Garci González de Herrera quien le arregla el matrimonio con Isabel de Almaraz , de familia enemiga y heredera del mayorazgo Belbís, Almaraz y Deleitosa. Los Monroy habían tenido problemas con los lugareños de Robledillo de Gata y las demás villas del Árrago perdiendo el señorío que por estos años era de los ‘Pacheco’ de Ciudad Rodrigo.

Fernando Rodríguez de Monroy compró a los Pacheco las villas de Valdárrago en 1411 y de su matrimonio nacieron cuatro hijos, el mayor Diego no tuvo hijos y Álvaro es quien sucede a su hermano Diego en el mayorazgo aunque fue arcediano de Guadalajara y dean de Plasencia. Renunció por clérigo en su hermano Alonso (casado con Juana Rodríguez de Sotomayor) Deleitosa Belbís y Almaraz; a Rodrigo le deja Monroy y las Quebradas. Al partir los señoríos renació la vieja guerra Belbís Monroy solo que ahora entre hermanos.

Poco después de la lucha contra Rodrigo muere Alonso de Monroy dejando Deleitosa, Belbís, Almaraz, Descargamaría y Puñoenrrostro a su hijo Fernando Rodríguez de Monroy "el Gigante". El otro hermano, Rodrigo de Monroy, deja a su hijo Fernando de Monroy "el Bezudo" las Quebradas y Robledillo.

Fernando Rodríguez de Monroy "el Gigante" se casó con Catalina Enríquez y a su otro hermano, Alonso de Monroy, le manda su madre Juana Rodríguez de Sotomayor a los trece años con su tío el maestre de Alcántara don Gutierre de Sotomayor para que le alimente y eduque. El Maestre le da la encomienda de Ceclavín convirtiéndole después en Clavero de la Orden. Luchó con su hermano en 1452 contra su primo Fernando de Monroy el Bezudo a quien hicieron gran daño aunque después le veamos luchando con su tío el Clavero contra el maestre de Alcántara don Gómez Solís.

El Clavero vivió su infancia en esta casa de la calle Gargüera siendo contemporáneo de Francisco de Hinojosa además de vecino, pues este Hinojosa pudiera haber vivido en la casa que hoy llamamos de los Naranjos. No deberían llevarse nada bien cuando el día de la boda de Francisco de Hinojosa en Cáceres con Juana Solís el Clavero de Monroy le hirió de una estocada por lo que el maestre don Gómez le metió preso en Alcántara de donde se escapó…

Los escudos de la puerta en la calle Gargüera demuestran que esta casa fue de la familia Monroy. El palacio fortaleza o parte de él estuvo sobre el solar del jardín actual, queda un torreón y otra puerta que da a la calle Palomas, aunque este solar seguramente fue de otra casa distinta, también se pudo partir a principio del siglo XVI.

FRANCISCO DE ORELLANA

Diego García de Orellana ‘El Bueno’ III Señor de Orellana de la Sierra y mayorazgo de la familia Bejarano tuvo un hijo extra matrimonial con Antonia González al que llamaron Francisco de Orellana, el apellido le venía de su bisabuelo paterno Pedro Alfonso de Orellana la Vieja y por ello su escudo nobiliario tiene las armas de Orellana y Bejarano.

A lo largo de toda mi vida he oído y leído que la casa del descubridor del río Amazonas Francisco de Orellana era la situada en la calle de las Palomas 5 y 7 donde hay en la portada un escudo con las rodelas de Orellana, el pedrusco grabado se ve que no se corresponde en el lugar, además hay fotos donde esta portada no tiene escudo. La prueba tiene poco valor racional quedando simplemente la fe tradicional que poco vale para un ser escéptico como yo que intenta ser honesto con la verdad.

La genealogía de Francisco de Orellana está clara, fue hijo de Diego García Bejarano ‘El Bueno’ que aunque estaba casado con Isabel García de Vargas tuvo amores con Antonia González, por lo que estaba entroncado con las líneas de Orellana de la Sierra (Bejarano) y la de Orellana la Vieja por su abuela Teresa Gil de Trujillo que fue hija de Pedro Alfonso de Orellana la Vieja, su bisabuelo, y también fue biznieto de Álvaro García Bejarano, primer señor de Orellana de la Sierra.

Hubiera sido una buena prueba que el escudo de la puerta hubiera sido con las armas Orellana y Bejarano y así fue gracias a la investigación que iniciamos por mis dudas et siguiendo la pista del escudo de Orellana que ahora vemos en la puerta averiguamos que Don Ezequiel Pablos se lo regaló a Juan Garton, el escudo procedía del palacio de Doña Lola García de Guadiana que lo tenía abandonado en un rincón de su palacio en la Plaza Mayor. Garton colocó el escudo donde hoy lo vemos en 1977 o 1978. Y es por ello que en las fotos antiguas esta casa carecía de escudo.

Pero mira por donde que será Don Juan Tena, como siempre, quien complete esta trama ya que en su libro TRUJILLO HISTÓRICO Y MONUMENTAL nos dice hablando de la casa de las Banderas: “… Hay además otro escudo allí colocado por D. Antonio Orellana (primer vizconde de Amaya y bisabuelo del actual) y el cual estaba en la casa solar del descubridor del Amazonas, Francisco Orellana, en la Villa. Sus cuarteles ostentan los blasones de los Pizarro y de los Orellana…” Debió ser una errata de Don Juan Tena porque el escudo al que se refiere tiene los blasones de Orellana y Bejarano y ello si demuestra que esta casa es la del Descubridor.

CONCLUSIÓN

En Trujillo se mueven las piedras caóticamente y según la estética, negocio o cualquier otra aberración contra la historia arqueológica, fuente importantísima para historiar, en este caso los edificios emblemáticos. Con esta comunicación pretendo que al menos se pongan las cosas en su sitio. El escudo de la Casa de las Banderas Orellana-Bejarano debe volver a la casa de Francisco de Orellana y el que tiene puesto a la casa de Doña Lola de nuevo que es su sitio original. Las piedras son propiedad exclusivamente de la historia.

Estaría bien que estos Coloquios se encargaran de desfacer el entuerto pidiendo al obispado de Plasencia, actual propietario de la Casa de las Banderas, que lo permita y esperemos no topar con la Iglesia en este caso.

Paz y Bien.

En Trujillo a 14 de septiembre de 2009. Fiesta del Cristo.

jueves, 17 de septiembre de 2009

CAZOLETAS PREHISTÓRICAS

Cazoletas de Ibiza

La historia de nuestra conciencia inmediata es muy reciente comparada con el tiempo que llevamos los homo sapiens dando patadas en el Planeta, a lo más que llegamos de memoria trascendental, y como mucho, no supera los diez mil años. Todos los cientos-miles ¿millones? de años anteriores son más o menos rústicos, rupestres, de subsistencia y con sociedades muy limitadas que como dice el refrán “ancha es Castilla y desiertos nos rodean”. Sin embargo a finales del Mesolítico debió ocurrir algo que hizo acelerar los tranquilos devenires de aquellos simples cazadores con armas de sílex y palos afilados -o a pedradas, mi capitán- sin otras preocupaciones que no pudieran solucionarse con estacazo al bicho o apañando los ricos frutos que Natura va soltando cíclicamente. Las transcendencias de aquellos tal vez quedaran en el arte rupestre figurativo de las cuevas y quién sabe dónde más. Algo ocurrió que aceleró su evolución mental, tal vez todo empezara con el despertar artístico del Hombre antiguo.

El Paleolítico realmente se acabó con la última glaciación, el periodo siguiente (posglacial, mesolítico) sirvió para formar especialmente al nuevo hombre engendrado por el caos geológico y los resultados del supuesto naufragio de una civilización superior (dioses, súper hombres, cíclopes y demás seres mitológicos del Santoral), los hielos polares comenzaron a fundirse ¿por el hundimiento de un gran continente habitado en medio del atlántico? ello hubiera permitido que las corrientes cálidas del golfo de México llegaran a Europa fundiendo glaciares… ¿sería entonces cuando subió el nivel de los mares separándose Europa de África, comunicando Mediterráneo con Atlántico?, ¿el golpe simbólico de Hércules y las dos legendarias columnas significarían este suceso?.

Este continente hundido conocido como La Atlántida está cantado de mil maneras en las viejas crónicas de iniciación platónica, repetido en las tradiciones euroasiáticas de diversas maneras. Platón narra cómo alimentó su conocimiento en Egipto que fue donde se recogieron los arquetipos de una cultura muy avanzada, quién sabe si no fue esta mítica civilización, sobreviviendo en su diáspora y representada en los grandes templos pétreos una consecuencia de la diáspora atlántica de donde aprendería el hombre de la vieja piedra parte de un misterio cuya totalidad sigue escondido en pirámides, dólmenes y menhires, figuras esquemáticas grabadas o pintadas y en las infinitas maneras que el animal humano ha ido descubriendo para mejor contarnos su cuento.

Súbitamente la civilización humana mutó aumentando su conocimiento. Hace ocho mil años o poco más que comienza a desarrollarse la agricultura y la ganadería familiar, especialmente en los dos extremos de aquel microcosmos: Oriente Medio, valle del río Indo y Mesopotamia por una parte y en el occidente y centro europeo por la otra (parece ser que Oriente comenzó antes su desarrollo pero la chispa corrió de parte a parte y en el medio al Sur quedó Egipto como templo universal y eje del Conocimiento).

Rápidamente se descubren los metales que ponen fin al Neolítico; en ese momento es cuando aparecen los grandes monumentos pétreos antes referidos, hace poco más de cinco mil años que este humano moderno influido por una chispa nueva empieza a trabajar el cobre, descubren seguidamente las aleaciones y se les ocurre mezclarlo con estaño, zinc, plomo… sacando materiales más duros: bronce, latón, orikalco… y de ahí a la bomba atómica un paseo militar.

Con el preciado oro y la popular plata comienza la facturación de lo manufacturado, instrumentos de trabajo, útiles para el hogar, armas y adornos, caballos con todo tipo de arneses, se inicia un supermercado ambulante que será causa de mamporros y cánticos funerarios frente al dominio del que más puede y más tiene. La humanidad creció y empezaron a disputarse espacios… Después el paso del Bronce al Hierro sería aun más rápido y ya nada pararía a la Humanidad pues la chispa, su incremento, era logarítmico.

El Hombre necesitaba algún freno que limara defectos, defendiera el territorio et cuidara su alma y la propiedad de la tribu por encima de cada uno de ellos. Esa fue siempre la misión que ejercieron los hombres santos verdaderamente sabios o viceversa, su magia daba fuerza al grito de: Quien medita cae menos veces en el error, y les recordaban por medio de una letanía ancestral los misterios fundamentales, el camino a seguir para la convivencia, la estrategia del grupo y la trascendencia espiritual.

El culto a la muerte alcanza un esplendor especial en el megalitismo, los grandes hombres de esta época serán enterrados en recintos construidos a base de bloques enormes de piedras (ortostatos) que decoran con pinturas y grabados esquemáticos representando figuras humanas, soles, cruces, figuras geométricas y cazoletas, algunas de ellas se unían con surcos o líneas halteriformes: estas manifestaciones encerraban la conexión con sus ancestros como genios protectores y con las deidades de la vida: El Sol y la Tierra. Generalmente los dólmenes tenían una cámara central formada generalmente por siete o nueve ortostatos (pocas veces más de nueve) que se unían por un corredor de trilitos y todo soterrado por un gran túmulo, algunas cámaras centrales eran tholos (falsa cúpula) supliendo los ortostatos; en el caso pitiuso deldolmen de Ca na Costa en Formentera son siete ortostatos los que forman la cámara central. Un ejemplo muy conocido de cámara con tholo es el dolmen del Romeral en Antequera. En Extremadura a los tholos les llamamos zahurdones o chafurdones y aun perviven, son una auténtica conexión con el arquetipo que necesita capítulo aparte.

Pero todas estas figuras decorativas no eran exclusividad de los monumentos funerarios extremeños o portugueses, también se encuentran en abrigos y cuevas de Ibiza como es el caso de las pinturas en sa Cova d´es Ví por Ses Fontanellas (Cap Nunó en San Antonio) o los grabados de cazoletas que recientemente hemos descubierto en San Lorenzo cuya noticia se dio en el diario El Mundo (edición de Ibiza y Formentera) del 26 de diciembre 2007. Las cazoletas ibicencas enlazan perfectamente con las extremeñas pues Ibiza es una consecuencia de Iberia, no en vano hoy día, y siempre, está y estuvo en el rol de los pueblos de España; además Formentera como España también se llamó Ofiusa.

En un castro extremeño de la Edad de Hierro ( La Coraja de Aldea Centenera, Cáceres) que descubrimos hace treinta años recogimos una cerámica pintada en rojo, el motivo era un guerreo ibérico con su falcata y a caballo que entregué al Museo de Cáceres… posteriormente aparecieron siete ortostatos colocados en un zócalo, el castro había sido excavado por un arqueólogo imprudente que no le dio mayor importancia a las siete lajas de pizarra a pesar de los grabados de cazoletas y pinturas rojas con que estaban decoradas. Después se supo que formaban parte de una habitación cuadrangular, reaprovechadas y respetadas como parte del culto a sus ancestros: El arqueólogo y profesor Don Antonio González Cordero se percató de los grabados, los analizó y descubrió que pertenecieron a la cámara de un dolmen situado en la proximidad, seguramente ‘in situ' por el material que encontraron, puntas de sílex y otros elementos típicos de esta cultura.

En una de las siete lajas de pizarra (ortostatos) se puede ver un sol, cazoleta con rayos, muy parecido a uno los grabados antes citados de San Lorenzo (San Juan, Ibiza). Los ortostatos de La Coraja están publicados en: “ Cuaderns de Prehistoria i Arqueología de Castelló (diputació de Castelló, nº 22 de 2001)” y ello ha sido una nueva brisa de conocimiento para el estudio de los grabados del anteriores al Hierro en España donde las cazoletas sobrevivieron al dolmen y a los ancoriformes como veremos. Las gentes que habitaban La Coraja en la Edad del Hierro respetaron estas piedras pues ello les daba real reconocimiento de propiedad, el culto a los ancestros no se había roto a pesar de las diferentes gentes que habitaron allí, su respeto les daba fuerza ante cualquier avatar extraño, eran los sucesores pues recogieron la antorcha Divina, algo que es una constante en el Hombre, el arquetipo que hace crecer a la Humanidad. Por eso la única nación es el Planeta al tener sus pueblos un árbol social común, de raíces ancestrales. Seguro que hay cazoletas en los Andes y hasta en la isla de Pascua.

En la Dehesa de Arriba (Perales del Puerto, Cáceres) Javier Crespo se encontró un ídolo fálico con serpientes y cazoletas, también se conoce un ara de sacrificios u ofrendas que semeja una gran serpiente enroscada al altar. El yacimiento peraliego conserva restos arqueológicos muy antiguos donde es latente el culto a la serpiente, el ídolo es un claro culto a la sabiduría y a la procreación; estas gentes muy bien pudieran ser los sefes o mejor los dragones que habitaban junto al ágil lucio (lusitanos) aquellos que cita la Ora Marítima de Avieno, los Serpientes ¿proto-celtas? superpuestos a los autóctonos del megalito: “Ofiusa presenta un flanco tan prominente hacia delante... Al principio se la denominó Estrimnis, y los habitantes de estos lugares y campos eran los estrímnicos (de ahí vienen seguramente los nombres de la Estremadura portuguesa y la Extremadura española) ; posteriormente una plaga de serpientes puso en fuga a sus habitantes y logró que esta tierra quedara despojada hasta de su propio nombre…” es por ello que los griegos denominaran a Iberia y a Formentera como Ofiusa.

Otro grabado con una cazoleta que se repite es el conocido Triple Recinto o Alquercus, se trata de tres cuadrados concéntricos con una cazoleta en medio y cuatro cortes en cruz uniendo los cuatro grupos de tres lados sin llegar al centro. El más espectacular grupo de alquercus lo vemos en una roca horizontal ligeramente inclinada, extramuros del castro de la Villeta y junto al mismo río que baña La Coraja (río Almonte) pero mucho más abajo, a siete leguas por lo menos y ya en término de Trujillo. Este castro tiene 1.400 metros de cerca, en las hiladas de sus murallas se ve la variedad de pueblos que se refugiaron a su abrigo. Aparte de los grabados recuerdo unas tablillas rectangulares de pizarra poco más grandes que la palma de la mano con dos filas de cazoletas…

Los grabados de triple recinto hoy forman parte de los Juegos Reunidos, juegan dos con nueve piedrecillas cada uno, unas blancas y otras rojas. Se trata de hacer tres en ralla para quitarle una piedra al otro y así hasta quedarse solo en el tablero. Los grabados de la Villeta son anteriores al castro y también forman parte del mundo ancestral, en Escandinavia se conoce el juego desde siempre y en su lengua lo llaman el Molino. En tiempos de Roma o en el Medioevo, romanos, árabes y cristianos lo usaban, era un juego corriente en casas y calles.

A finales de la Edad del Bronce llegaron unos pueblos pastores y guerreros batiéndose con los autóctonos, militarmente primero y socialmente después, de ahí las armas representadas en sus estelas funerarias: espada y alabarda añadiendo la figura esquemática del guerrero con la misma forma de los ancoriformes rupestres que vemos en dólmenes y abrigos, un carro, fíbula para engancharse la capa, espejo para comunicarse y sobre todo el escudo de círculos concéntricos con escotadura en V. Son las Estelas Extremeñas del Sur-Oeste que publicara M. Almagro (padre) y de las que tengo la suerte de haber localizado cinco, una de ellas impresionante, la de Zarza de Montánchez.

Paralelamente a las estelas guerreras, vemos las estelas ídolos que representan un busto femenino grabado, tocado y también esquemático, sus enterramientos eran como pequeños dólmenes con cámara ortostática, la estela cerraba el pequeño corredor de la tumba. En Hernán Pérez (Sierra de Gata) aparecieron unas diez estelas entremezcladas de guerrero e ídolo. Estos guerreros tienen la misma dispersión que las esculturas zoomórficas (berracos, toros), seguramente habitaron en los castros fluviales moviendo el ganado desde las sierras de Ávila a las mesetas extremeñas y cordobesas, hay una hermosa estela en Ategua (Córdoba) que publicara por los años 70 mi gran amigo cordobés, y maestro, Don Juan Bernier Luque (d.e.p). La más lejana está en Francia y otra se encontró en Zaragoza, claro camino seguido por estos pueblos.

Cazoletas conocemos en Europa continental e insular, Sudáfrica, norte de África, Islas Canarias y en toda Iberia. Las hay de todos los tiempos, desde el Paleolítico hasta nuestros días; en la India hay sitios que hacen sus oráculos echando agua en las cazoletas y en la forma como discurre por los surcos interpretan la respuesta de los dioses y es que las cazoletas están relacionadas con el agua como sangre de la Madre Tierra que es el verdadero grial.

En la basílica cisterciense de Santa María la Mayor de Trujillo (siglo XII) hay un grabado de surcos que rematan en diez cazoletas partiendo de otras tres en su base, lo interpreto como un Árbol de la Vida esotérico, con diez bautizos iniciáticos sobre las Tres Columnas, los tres aspectos, y está situado en uno de los tres lados exteriores del viejo y duro baptisterio de granito, en los lados restantes hay dos cruces del Temple: 3, 4, 7 y 12 encierran al no representado y esencia del Árbol, al 11 oculto antes del 4 y después del 3… el Todo marca los 44 pilares del Universo.

Lo curioso de semejante baptisterio fue que razones desconocidas suspendieron su función original de bautizar a los neófitos, esto ocurría en el año 1550 haciéndose otro baptisterio de nueva bendición y totalmente intruso. Apeado de su basa sigue arrinconado en el interior de la nave, junto a la puerta de Poniente y bajo sospecha, seguramente de herejía. El milagro fue que no hubo manera de sacarlo a la calle ni se le echó jamás agua bendita. Aunque la Iglesia lo ha ignorado ahí queda retando su verdad y destellando en plena oscuridad. El problema de estos tiempos es que estamos perdiendo los arquetipos, no sabemos a donde vamos porque hemos olvidado de donde venimos.

Mi docto amigo Antonio, que es una autoridad en muchas disciplinas, dice que las Cazoletas son grabados primigenios y debe ser cierto, pues se mantienen como elemento común en una amplia geografía. Esperemos que la Humanidad no pierda sus arquetipos ni la llave del cofre.

sábado, 5 de septiembre de 2009

ESCAPADA A LA VERA

Escapada a La Vera de nuestros sueños ancestrales, visita al oráculo y retozo entre los frescores de la cordillera vetónica. Madrigal enciende La Vera extremeña, atrás queda en Ávila, Candeleda y el Raso, arriba el Almanzor y entre los follajes afloran túmulos do reposan los milenios con sus arquetipos.

José Luis y Andrea habitan en una estrecha pero más que suficiente casa, de madera y adobe con esas balconadas rústicas que llevan siglos pareciendo que van a caerse, dos alturas más el sobrado o troje desvanera, la planta baja y un estupendo museo de caretas, armas reales de jefes negros y otras diversidades africanas que tienen colocadas por todas las estancias.

Madrigal de la Vera es pueblo tradicional et con un barrio nuevo lleno de modernidad. Las calles empinadas van marcadas con el regato al medio, las resolanas que en estos días son más bien nocturnidades, simplemente por la calor; las tertulias no dejan de reflejar su colorido campesino y comentas al paso algún auspicio metéreo y logico, más deseado que racional porque el tiempo verdaderamente no está muy llovedor… inútil sacar al Cristo.

Ubicamos nuestro cuerpos et ánimas en tan estupenda casa, con los anfitriones amigos, tan campantes y galanos que no tardamos nada en hacerla nuestra; conexión a la Red, cámara fotográfica en estado de revista que Miguel estrena con las balconadas vecinas, soñando con la casa de enfrente que está en venta inmobiliaria por cuatro perras, en millones de las antiguas que es como seguimos entendiendo su valor, ya que nuestras entendederas hispanas dudo se sustituyan por las europédicas del moderno €uro, al menos de momento.

Al caer la tarde de nuestro segundo día hicimos la primera descubierta a Villanueva de la Vera, el pueblo siguiente a poco más de una legua. Hicimos una parada estratégica en la piscina natural de la garganta de Gualtaminos, un poco antes de subir la cuesta a nuestro destino nocturno pues vimos cae la tarde y los colores del ocaso mientras Miguel y Andrea se daban las últimas zambullidas en tan cristalinas aguas. Entretanto, José Luis y este escribano se trasegaban sendas y frescas jarras de cerveza.

El pueblo de Niebla, el burro de mis amores, estaba tal cual pues lo atacamos a pié por donde los antaños se gastaron las herraduras de los guerreros de Viriato, que hay quien dice que era verato pero por ahí no trago. Hicimos fotos de las históricas callejuelas, nos tomamos unas birras en la Plaza oyendo las doce campanadas de la media noche y acabamos la fiesta haciendo juegos de manos en otro bar donde el tapeo era norma sin detrimento horario.


Todas las mañanas al levantarme me bajaba al Madrigal moderno que está al lado de la carretera, al bar Churrería que como su mesmo nombre indica preparaba unas geringas y también churros que no te los saltas de cualquier manera, antes me compraba el periódico Extremadura que trae premio Público en el kiosco y al espabile burgués con mi café con leche ilustrado y mojado.

Otro día nos fuimos a la garganta de Alarcos que baja por los confines abulenses y extremeños, bajo el impresionante puente romano donde se bañan los humanos del contorno y los últimos madrileños y bolos que se resisten a terminar su veraneo. Hay un pequeño bar restaurante donde dar cuartel a la sequía, en un bello jardín apartado y a la puerta del itinerandismo veraniego dando las boqueadas.

José Luis Blanco ni tiene biografía aparente porque es toda una geografía humana vivida, que vive y por vivir, porvenir inexistente porque tales cosas no viven y hacerlo como Santa Teresa tampoco. Es un tratado de arqueología viviente que le hace poco fácil la vida al ignorar presentes amenazadores, de todo, de envidias ajenas y amores concretos, pero tampoco lo ignora que se bate con ellos con Don Quijote con sus lectores.

Andrea cuida el jardín de su vida, la de José Luis, sin dejar de atender a los jardines amigos, cocina y photoshop, conduce el trabajado BMW o nave de superficie con GPS incorporado. Es la parte femenina imprescindible en toda tribu vetona y controla su parte como en estos momentos Venus acaricia a la Luna, exactamente.

Mi socio y amigo Miguel Palau además de fotógrafo oficial, arrastra sus 28 años con alegría y decisión, sin merma de esperanza y ojo avizor a los acontecimientos, acaba de aterrizar en Extremadura por segunda vez y ya pisa con plomo, es el que mejor se lo está pasando y La Vera es como el mundo de sus sueños, tierra y flor, robles y riscos, águilas y golondrinas, cada una en su sitio, aquellas vigilando todo en los altos cielos y estas acurrucadas en sus nidos junto al hombre.

Septiembre entró limando calores, por la tarde salimos de expedición a casa de Domingo, un amigo de José Luis retirado en la montaña que ascendíamos por una pista de tierra a la derecha de la garganta de Gualtaminos. El terreno alternado de robles y alcornoques dejaba asomar viejos olores de antigüedad, antes de llegar nos encontramos con Domingo que acompañado de su perrita Chispa bajaba a buscar agua de una fuente muy especial… pasamos un buen rato además de escanciarnos unas sidras que el anfitrión sacó de sus reservas montesinas.

Acabamos la noche en Villanueva de la Vera con María Jesús, una amiga que atiende la oficina de turismo local, estuvimos en la terraza de un bar estupendo, vinos y cervezas y hasta unas migas con chorizo y pestorejo aparecieron al final que yo me endilgué con un buen café con leche, como a mi me gustan y en perfecto contubernio de amistad.

Nuestro periplo tocaba a su fin y decidimos partir a Trujillo vía Cáceres y en tren, el autobús de la Sepulvedana nos llevó a la estación de Oropesa cogiendo el tren gracias a la media hora de retraso que llevaba. Al medio día aterrizábamos en la Capital que esperamos lo sea Cultural en el 2016.

La vuelta a Trujillo la hicimos con nuestro amigo Ángel Sendín y en su furgoneta telefonil, acabamos en el bar El Escudo ya entrada la noche, con Chuty y Celima que aparecieron en la reunión.