miércoles, 23 de diciembre de 2009

Los gallegos atacan Extremadura

M´entero que una vez más los gallegos tratan de interferir en los modos y costumbres lingüísticos del triángulo Mañego - Lagartero - Valverdero (al NO de la provincia cacereña) que tienen una lengua ancestral con ciertos parecidos galaico-portugueses y cuyo fenómeno los estudiosos lo resuelven como influencia rayana portuguesa o como resto de una colonia gallega medieval… otros pensamos que es un lusitano original, remanente por su geografía y de cuyo aislamiento social han salido hace cuatro días, seguramente en el siglo XIX no habría muchos lugareños que supieran hablar castellano.

La Academia de la Lengua Gallega trata de estabular a nuestros vecinos del Noroeste con su gallego estándar y como los catalanes en Ibiza matando el ibicenco, aquí cargándose al lagartero – mañego - valverdero, estableciendo su gramática y vocabulario gallego en las escuelas ‘dus tres lugaris’ et todo para mayor gloria del arzobispo Gelmírez y del neofascismo de los muyaidines periféricos.

¡Qué soberbia! Resulta que estos municipios: Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo que no tienen una ‘fala’ Son tres, aunque se entienden entre ellos igual de bien que un mallorquín y otro de Formentera, que nunca se les ha pasado por el cerebro la idea de unificar sus pequeñas diferencias vecinales… ahora por decreto de una autonomía, nación o como quiera les de la gana llamarse, vienen a imponer a estos tranquilos y humildes ‘lugaris’ su normativa extranjera y medio vikinga. ¡Cojonudo!

Hace mucho que no hablo con mis amigos rayanos del Norte pero recuerdo una reunión en Eljas con profesores linguo-galaicos que iniciaban su invasión desde la Universidad de Vigo y de cómo se nos pusieron de tiesos los pelos al amigo Severino y a mi mesmo, al entender el peligro de las propuestas filológicas de aquellos señores. El pueblo no les hizo ni caso y en las tabernas fueron criticados duramente… pero parece ser que vuelven a la carga.

Espero que la Junta de Extremadura no se pringue en estas pretensiones foráneas y deje tranquilas las cosas como están para que la evolución natural siga su camino, eso es ecología lo otro es mala política al alentar, crear un problema que nunca existió, de esas armas se valen las milicias del nacionalismo preparando su imperio y ya solamente nos faltaba eso, una nueva guerrilla mental que no otra cosa y al NO del imperio extremeño con salida al mar por Portugal.

viernes, 18 de diciembre de 2009

La lidia de los toros y la Santísima Trinidad

El Movimiento Antitaurino es una fiebre prejuiciosa anteponiendo Dios a la Santísima Virgen, pura fanfarria. Personalmente no me gustan los toros, difiero de las vacas. A la fiesta taurina la veo estética, conciliadora, valiente y ancestral. Un arcano del que se ha valido la naturaleza humana para limar agresividades, lo malo es que no haya una fiesta que filtre hipocresías ni impida a los hombres matar hombres.

El toro de lidia es una fiera hermosa que como todos saben se cría en libertad en nuestras dehesas durante cuatro años y desde hace la tira. Cuando lo sueltan en la Plaza viene pesando alrededor de los setecientos kilos y está convencido que al pelele de luces se lo come en un tris... La plaza es redonda (los campos de futbol rectangulares) y pongamos en una buena corrida de medio aforo a 12.000 espectadores cargados de adrenalina curril y dispuestos a la más vieja terapia que se conoce para desintosicarde del autoritarismo cuotidiano.

Llegan los fieles acompañados de los amigos, conocidos y asimilados, repletas sus botas de vino tinto y que corra. En la partida todos son del mismo equipo y pase lo que pase todos estarán de acuerdo reafirmándose. Si la lidia consigue buenos resultados, todos contentos y si no todos descontentos, se siguen pasando la bota y desionizados ya tienen tema de conversación para varios días... hasta la próxima corrida, o novillada... hay varios métodos.

El toro es picado, banderilleado y matado a estoque con un arte que los antianti no pueden ver, se descuartiza y se come… casi como las pobrecitas terneras que no han cumplido un año de vida cuando las meten en la ‘silla eléctrica’ enviándolas a mejor muerte para nuestros estómagos. Si hiciéramos una encuesta (como los catalanes) con las vacas normales, toros de lidia y terneros preguntándoles que vida preferirían tener, no duden que todos querrían ser toros de lidia.

A los miles de currantes que mantienen la Fiesta, desde el último de la dehesa hasta el mismo torero con toda la tramoya que vive de este asunto, siempre amado por las pobres masas y a las masas mesmas... preguntenles, señores antianti. ¡Tendran morro!, menos mal que no se les obliga a asistir a la Fiesta como a nosotros nos lo quieren impedir. ¡Quina farsa!.

Yo conozco bien a los catalanistas y hasta les quiero pues al fin y al cabo si yo soy hijo de Viriato, ellos lo son de Indívil y Mandomio, y si hay que romper la baraja pues se rompe.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Del Medievo entre brumas al Portugal luminoso

Me fui a Cáceres y me pilló la niebla aun así dio cuartel al Mercado Medieval que inauguré el viernes por la noche después de un paseo arquetípico por los Barruecos, con mis anfitriones amigos Paco y María, et refrigerio en la cafetería del Museo Vostell y sus correspondientes fotografías momentáneas.

La noche acabó envuelta en la bruma, me quedé el tabaco con unos cogollitos muy decentes en el último garito cervecero de la ronda ¡idó, qué farem! no farem res porque la vida cobra para dártelo por añadidura… ya en casa, tranquilamente y con un buen Cola Cao con galletas el humo cantarino iba cantando los colores escondidos entre grises y el placer de la amistad se regodeaba de bien estar.

Me quedé dormido al son del hipnótico programa radiofónico que bien acurrucado en mi catre había sintonizado… enseguida amaneció y unas horas después amanecí al olor de los churros que Paco había ido a comprar para el desayuno. Un placer, café con leche al obispo y jeringas cacereñas para arrancar la mañana, además la prensa regional y nacional recordándote el sonsonete que te tienes que tragar y a cumplir como un buen ciudadano sabático.

Como la niebla no levantaba decidimos irnos a comer a Portugal, cien kilómetros y la esperanza de adelantarnos hacia el Sol, y así fue, al llegar a los altos de Valencia de Alcántara apareció el azul del Cielo y los ángeles y arcángeles alabaron al Señor. Menos mal que nos queda Portugal.

Enfilamos la campiña arriba por los verdores de su batolito para traspasar la raya entre los acantilados de cuarcitas de la sierra de San Mamede, hemos llegado a Portugal, atravesamos la Raya casi borrada y nos regala la vida una hora monda y lironda, como en Canarias.

Bajamos hasta el puente romano sobre el río Seber que pasa bajo los farallones del castillo de Marväo allá arriba en la pingorota. Un chiringuito de madera muy portugués y familiar tenía abierto casualmente y como el Sol lucía espléndido, sus patrones se habían montado un guiso de venado riquísimo, me invitaron a una presa con un buen tanque de vino tinto, ya del año y fresquito… que pracer, muto obrigado.

Después del buen vino en el chiringuito con el venado y unas tapas de un queso fresco inigualable nos metimos por la senda verde siguiendo el río abajo hasta un puente de madera que atravesamos para entrar en una casona fantástica, junto al viejo molino con su cauce lleno de agua… María conocía a la señora portuguesa y como es letrada le estaba aconsejando en unas cuestiones de su oficio.

Precioso molino entre nogales y huertas de otros tiempos, allí estaba también el pagés portugués con sus hombros caídos y sin encontrar la razón de que su molino estuviera parado, cuasi destartalado. La señora nos regaló una bolsa llena de nueces y seguimos camino hacia el restaurante Mil Homes, a la derecha subiendo la carretera.

En Portugal todo es muy familiar, un amplio comedor con largas mesas, un servicio esmerado y amable, hablaban español y nos regalaron con unos platos de carne con patatas fritas, de esas patatas que hacían antes las abuelas, estaban tan ricas como la carne que era excelente y el vino altamente a la altura de la circunstancia.

Volvimos a la niebla torciendo a la derecha kilómetros después de pasar Valencia de Alcántara y me llevaron a la finca de un amigo suyo, pintor eremita y criador de porcino ibérico, Julio nos recibió contento haciéndonos entrar es su caserón que es más que casa. Bebimos unos vinos y hablamos de nuestras humanidades enzarzadas por los placeres de nuestras vidas.

Salimos del cortijo con la niebla más perra y baja, así llegamos a Cáceres como salimos, envueltos en la bruma.