sábado, 20 de febrero de 2010

SE CUMPLIÓ LA PROFECÍA

Las murallas se desplomaron y el mundo sigue andando. Trujillo frente su propio ombligo.

Como las de Jericó solo que sin tambores y con otra herramienta: La Dejadez. Que bonitos son los ombligos trujillanos pero como todo lo efímero acaban feos. Las murallas no son ombligos, son viejas pero mantienen la luz de nuestra historia y por lo tanto tal vez tengan mucho más que ver con nuestra subsistencia.

Fíjense si el Ayuntamiento está gozoso en el culo de la dejadez que nunca quiso saber que las murallas con sus adarves y paseo de ronda le pertenecen y por lo tanto entran dentro de su cuidado y policía. Llevo años cantándolo, las murallas se caen y son nuestras aunque un particular las haya integrado en su territorio con toda la indiferencia municipal, obviamente el señor inglés y ocupa de los adarves no tiene ninguna culpa y seguro que ya lo considera territorio conquistado por abandono. Pero NO, es una propiedad municipal inajenable y se debe recuperar su dominio público.

Este aviso de los dioses derrumbando un trozo de muralla es el toque de atención para poner en marcha un mecanismo de urgencia que restaure esta joya de la historia extremeña, recuperando los adarves y paseo de ronda entre el Castillo y la Puerta de Coria. También hay que recuperar el resto hasta el Espolón, sobre todo limpiar los vertederos de La Coria y restaurar la calzada romana de Coria donde todavía podemos contemplar sus últimas aceras... "por donde se gastaron las herraduras de España".

Los señores de Conserva Trujillo tienen trabajo si es cierta su preocupación por el Patrimonio, los trujillanos tienen también trabajo si realmente aman a su ciudad y el Ayuntamiento tiene que trabajar aunque sea por primera vez en su vida. El recinto amurallado de Trujillo necesita una urgente reparación y la cadena de responsabilidad lleva a la Junta de Extremadura si el Ayuntamiento, como tiene por norma, no reacciona

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