jueves, 11 de junio de 2009

LA ESENCIA DEL SOLSTICIO DE VERANO

Pasó el Cuarenta de Mayo dando paso a los albores del estío con una suave brisa y temperatura playera, la Isla va engordando lentamente de gentes foráneas muy por debajo del nivel deseado, aun así es el eterno canto estival que siempre acaba bien.

Pasaron las elecciones europeas reafirmándose la yenka principal contra las disyuntivas nacionalistas, IU vuelve a sus fueros internacionalistas suelto de lastres decadentes lo que le ha permitido seguir con dos representantes propios y la esperanza de dejar de ser el tonto útil del PSOE.

Los chanchullos nacionales soplan feroces contra los yenkeros principales, como sigan así acabarán asociándose al estilo Berlusconi pero espero que el centro izquierda socialista no llegue a tales extremos aunque seguro que a algunos no les importaría nada cambiar de viento y es que como decía el maestro aquel: “Poderoso caballero es Don Dinero”.

Pero dejémonos de líricas de invierno, estos temas no pegan nada con la calor y ya vendrá septiembre… et octubre… esperando llegar vivos al menos a la Navidad, tan lejana y oscura como las mareas de Otoño. La crisis turística le ha dado a la Isla mejor color de cara, el campo está hermoso, los pueblos más animados de propios, las playas en familia y las paellas como siempre compitiendo a ver quien la hace mejor.

Las fiestas rurales se iluminan, la próxima importante será el día 24, San Juan Bautista y sus fuegos ancestrales que todos los fieles saltan antes de lanzarse a la borrachera de la noche con macarrones de aperitivo. San Juan es el jolgorio más ibicenco del año pues se festeja en todas partes, la noche de San Juan vista desde el aire debe ser un espectáculo.

En Ibiza los veranos alternan ocios y negocios, las fiestas privadas hacen la competencia a las discotecas, la policía está animada y suenan interminables los tambores de Benirrás. Las carreteras se convierten en un peligro y como los arcenes brillan invisibles más de un peatón cae en las cunetas.

Todo un alarde de universalismo destella en Ibiza, convertida en la Babel mediterránea, sin confusiones lingüísticas pues cada uno usa a nivel del canto que recibe, llegando a conocer un poco de todo y nada exclusivamente, sin prejuicios y con todo amor por lo diferente, es por ello que Ibiza es la isla más joven del Planeta y con tiempo de sobra.

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