martes, 24 de noviembre de 2009

A contar los frailes

Estacazos inciertos, besos de verano y castañuelas repicando el funeral de la mentira, la información, la formación y la acción se manipula desde los oscuros agujeros del poder oculto. Ya la libertad ni siquiera se escribe en las paredes, también está oculta aunque más bien asqueada del asco que les da a los asqueados de libertad, que son muchos.

Rosita la del clavel tiene que pagar los patos patidifusos del Ramoncín y sus secuaces, la tuna y la tundra se hermanan en lontananza mientras los dragones del sainete se regocijan, gordos y sebosos como las mataduras de aquel viejo y sufriente burro de carga del señorito.

Que placer y cuanta burla lleva aquel que burlando escollos de pimpirigallos consigue soñar a la vera del carrascal ignoto, pero no hay que preocuparse, que no cunda el pánico, que no suenen tablas ni dioses emboquillen fuera de tiestos testarudos. Hay que desalambrar espinas y contar los frailes de la chirigota.

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