miércoles, 10 de diciembre de 2008

TEMPESTAD EN LONTANANZA

Anoche fuimos a ver la tele a Es Taulell y nos tragamos impunemente casi toda la sesión del Gran Hermano, y hay que ver la señorita Rotenmailler que les ha salido, el malo de la película ha caído (por eliminación social) en manos de la malvada contestataria, pequeño ofidio que sin llegar a víbora como pica. Esta mañana he vuelto al lugar del crimen televisivo y seguían con lo mismo, el Gran Hermano entretiene los inviernos de las Españas y seguramente es que no hay otra cuerda al ocio mundano o vacío existencial entre los lapsos vitales.

Hice tiempo hasta las cuatro y media que abrían en Campané para comprar pan de can Bufí que es el que me gusta en estos momentos y como no había aproveché para comprar tres cabezas de ajo, y así, a ojo payés, treinta céntimos cabeza serían noventa, le di los ochenta y cinco que me quedaban con esa satisfacción de eliminar la calderilla y salvar mi único billete de 50 € que siguió descansando en ‘sa buchaca’.

He puesto a hervir cuatro patatas y un par de huevos porque hoy no me quiero complicar cocinando, tengo un aceite virgen de aceituna picual que es de lo mejorcito, con dos latas de sardinas, una cabeza de ajo de las que he comprado en Campané y media cebolla, la que nos queda es demasiado grande, pues todo eso se convierte en una ensaladilla payesa riquísima.

Llegó Rita con su manía de que haga teatro escenificando las chorradas que le cuento, de momento ha conseguido que me anime mañana a ir al Samsara que es un bar chill-out fuera del tiempo, con un cálido espacio y donde convergimos las disparidades jipiosas del territorio escenificando algunos sus gracias y como consecuencia animar el cotarro que siempre acaba en un jolgorio muy divertido.

Jolgorios aparte y dejando que el futuro se las arregle por si solo estoy viendo que se acerca una tempestad, se ven rayos y centellas por Santa Eulalia y no creo que tarde mucho en quedarme sin red, caen cuatro gotas e Internet se diluye quedándonos en la soledad geoterina que diría un extremeño verbiquédico.

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