sábado, 25 de octubre de 2008

DESPUÉS DE SAN MIGUEL

El otoño se ha centrado con el regalo de la lluvia y los despistados perales con flores sin tiempos, ni reales ni villanos, o costumbres campesinas de magias extrañas... aun así mamá Natura nos regala esperanza con su riego, empapando la tierra cual mandan los ritmos del tiempo inmutable y simplemente para La Nada que maneja la materia fecundante.

Mañana de lluvia en lontananza mientras cabalgo la F-18 sobre los espejos de un recién chaparrón casi encendido. Aparco en el Juanito y salvado de mojarme m´endilgo una estupenda y poco tostada loncha de pan pagés con aceite molinero et tomate pitiuso restregado, el café con leche ya lo había tomado en Las Dalias.

Llega Inga.

-Hola- se sienta a mi lado mientras me cuenta no se qué de la nariz de la princesa Leticia, que no debería habérsela arreglado pues ha perdido su personalidad. Son los remanentes no eliminados que le quedan de su sesión televisiva de ayer después de ver las entregas de los premios Príncipe de Asturias.

Se pide un café descafeinado de máquina y con leche… entretanto aparece Rita por retaguardia, se besan, nos besamos y se sienta enfrente de Inga casi feliz porque ya le queda poco para volver a su casa, además el pagés le va a poner la electricidad. Charlan en alemán y yo me abstraigo con la lluvia, despierto de golpe y saco el mata moscas, digo la cámara fotográfica. Es una foto, señala Inga. Disparo un montón y de paso inmortalizo a los acompañantes refugiados en el garito de Juanito.

Soltamos nuestras velas y partimos en tres direcciones divergentes.

Me acerco a Es Taulell donde a primera hora de la mañana he dejado el periódico y una bolsa de naranjas mandarinas. Ya se habrá levantado y hasta desayunado. Así es, nos damos un beso y me siento a su funcional mesa mientras se prepara la rafaelita matutina, ya ha ojeado el diario y tiene despejado su vivar en perfecto estado de revista et con esa gracia que almacena en su alma mi amiga, que sabe convertir en palacio la más humilde de las chozas jipis ibicencas, la suya es mi favorita.

Llueve poco y me animo a montar la F-18, voy bien pertrechado con mi ‘chuvasqueiro’ rojo que la moto va totalmente a pelo et ansí somos penetrados por el chubasco que empieza a arreciar pero nosotros no nos arredramos y run run carretera de Morna p´alante hasta el Toni Mariano, a comprar la comida del mediodía a media tarde o quien sabe pa cuando.

Vuelvo a la Base, Miguel se está levantando y le dejo en su desperece para bajar al pueblo a comprar el diario Público que nos mantiene un poco más en contacto con los mundos continentales y parece bastante objetivo, al menos se diferencia de los otros por carecer de agresividad.

Hoy tenemos un programa de posibles pues el tiempo anda revuelto, así y todo esperamos que nos deje ir a la feria de Santa Gertrudis y a la molienda de aceite en Can Pep de Sa Plana. Son las cuatro menos cuarto de la tarde y nos hemos terminado una buena olla de judías pintas, tenemos que atravesar la Isla y espero que no nos abandonen los elementos.

Hay tres perales y un nogal en la umbría de nuestra Base cuyas frutas se pudren antes de madurar, no hace dos semanas que se han acabado de caer las últimas y ya están floridos, los perales, pobres locos, la falta de Sol ha embravecido a los parásitos de su entorno y no les dejan vivir ni florecer en su tiempo... Cuantos parásitos rodean nuestras vidas...

No hay comentarios: